Londres, 1956. El genial actor y director de cine Laurence Olivier está a punto de comenzar el rodaje de su próxima película, estrenada en 1957 como «El príncipe y la corista», protagonizada por Marilyn Monroe. El joven Colin Clark, que sueña con hacer carrera en el mundo del cine, consigue un trabajo en el plató como tercer ayudante de dirección.